17 oct 2014

Manuela

Enredo con hilos,
hilos que unen historias
historias que cuentan personas
personas que rifan destinos.

Hoy me he visto hablando con mi perro,
lo hago a menudo aunque cueste reconocerlo.

Bien alto le contaba un viaje donde me hice muy amiga de una ardilla. Larga cola pelirroja de nerviosos movimientos, jugueteaba con sus manos ronroneos muy coquetos.

Siempre paro y cotorreo si me sigue,
porque aunque no me guste admito
que la jodía es graciosa,
cuando me giro se esconde
aunque el rojizo le asome,
yo como siempre finjo no haberla visto
refunfuño y continuo la hago creer que no veo.

Una ardillita cotilla, fisgona y entrometida,
me observaba con prudencia y jamás dijo nada, varias ocasiones tuvo, pero yo nunca callaba, soy de esas personas que tienen la necesidad de no dejarle espacio al callar, y no lo hago con mala intención, pero es que si no lo suelto, reviento,
la interrumpía con absurdos canturreos.

Manuela sí que era amiga.

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